Por: Jorge A. Abreu Eusebio.
El Plan Social de la Presidencia de la República despliega una inmensa labor que dimensionalmente trasciende las fronteras de lo humano y se enmarca dentro de esquemas que dignifican al ser humano, en toda la extensión de la palabra.
Está dirigido por el Lic. Emigdio Sosa, quien es un hombre con una extraordinaria vocación de servicios y que se ciñe estrictamente en el desempeño de sus funciones a los dictámenes de la ley, la honestidad y que propenden a satisfacer demandas requeridas por los sectores más vulnerables económicamente, labor que ha sido reconocida por amplios sectores de la sociedad y que le han merecido su confirmación por parte del Excelentísimo Señor Presidente de la República en ésta cartera, motivado por la exitosa estela que ha dejado de forma indeleble al frente de la misma.
Muchos han sido los argumentos esgrimidos en contra de las distribuciones de raciones alimenticias que se llevan a cabo en beneficio de los desposeídos; pero, esta función del Estado está consagrada en nuestra Carta Magna, puesto que su artículo ocho (08) señala: “Se reconoce como finalidad principal del Estado la protección efectiva de los derechos de la persona humana y el mantenimiento de los medios que le permitan perfeccionarse progresivamente dentro de un orden de libertad individual y de justicia social, compatible con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos”.
De igual manera su numeral diecisiete (17) párrafo tercero dice que “El Estado prestará, asimismo, asistencia social a los pobres. Dicha asistencia consistirá en alimentos, vestimenta y hasta donde sea posible, alojamiento adecuado”. En su párrafo cuarto señala entre otras condiciones que “el Estado velará por el mejoramiento de la alimentación…….”
Lo que significa que esta altruista labor desarrollada por esta entidad al servicio de elementos y entidades carentes de recursos, como bien marca nuestra Ley de Leyes, abarca renglones diversos, no sólo de alimentación, sino también de ayudas económicas, de salud y de cualquier otra índole que signifique la protección en forma efectiva de derechos inherentes al ser humano y que le permitan resolver carencias y problemas que les afectan de manera directa o indirecta, encontrando la mano amiga y solidaria del Plan Social de la Presidencia en el devenir diario de sus vidas y en también en circunstancias ocasionales o fortuitas.
La trascendencia de estas acciones tan plausibles se circunscriben a las Sagradas Escrituras, pudiendo comprobarlo en varios de sus pasajes, entre ellos: Hebreos 13; 1 Juan 4; Romanos 12; Tesalonicenses 4:9; Pero, en Mateo 25, versículos 31 al 40 hallamos concretamente el valor divino que tienen estas buenas acciones y que agradan al Dios Todopoderoso: 31 Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; 32 y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: ``Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 ``Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: ``Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? 38 ``¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? 39 ``¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Respondiendo el Rey, les dirá: ``En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis”.
No pretendemos bajo ninguna circunstancia establecer al respecto que sólo con las buenas acciones se gana la salvación del Alma; Tampoco se podrá “enseñar a pescar a todo el mundo” en vez de darle los pescados, porque no todos lo harían, ni habría útiles de pesca en demasía, ni todo será pesca exclusivamente; pero sí reconocemos el Trabajo realizado por Emigdio Sosa en el Plan Social de la Presidencia como un gesto humanitario, porque sus acciones van encaminadas a quitarle un peso de encima al que está cansado, brindándole sus manos amigas y solidarias para que se apoyen en ellas.
Está dirigido por el Lic. Emigdio Sosa, quien es un hombre con una extraordinaria vocación de servicios y que se ciñe estrictamente en el desempeño de sus funciones a los dictámenes de la ley, la honestidad y que propenden a satisfacer demandas requeridas por los sectores más vulnerables económicamente, labor que ha sido reconocida por amplios sectores de la sociedad y que le han merecido su confirmación por parte del Excelentísimo Señor Presidente de la República en ésta cartera, motivado por la exitosa estela que ha dejado de forma indeleble al frente de la misma.
Muchos han sido los argumentos esgrimidos en contra de las distribuciones de raciones alimenticias que se llevan a cabo en beneficio de los desposeídos; pero, esta función del Estado está consagrada en nuestra Carta Magna, puesto que su artículo ocho (08) señala: “Se reconoce como finalidad principal del Estado la protección efectiva de los derechos de la persona humana y el mantenimiento de los medios que le permitan perfeccionarse progresivamente dentro de un orden de libertad individual y de justicia social, compatible con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos”.
De igual manera su numeral diecisiete (17) párrafo tercero dice que “El Estado prestará, asimismo, asistencia social a los pobres. Dicha asistencia consistirá en alimentos, vestimenta y hasta donde sea posible, alojamiento adecuado”. En su párrafo cuarto señala entre otras condiciones que “el Estado velará por el mejoramiento de la alimentación…….”
Lo que significa que esta altruista labor desarrollada por esta entidad al servicio de elementos y entidades carentes de recursos, como bien marca nuestra Ley de Leyes, abarca renglones diversos, no sólo de alimentación, sino también de ayudas económicas, de salud y de cualquier otra índole que signifique la protección en forma efectiva de derechos inherentes al ser humano y que le permitan resolver carencias y problemas que les afectan de manera directa o indirecta, encontrando la mano amiga y solidaria del Plan Social de la Presidencia en el devenir diario de sus vidas y en también en circunstancias ocasionales o fortuitas.
La trascendencia de estas acciones tan plausibles se circunscriben a las Sagradas Escrituras, pudiendo comprobarlo en varios de sus pasajes, entre ellos: Hebreos 13; 1 Juan 4; Romanos 12; Tesalonicenses 4:9; Pero, en Mateo 25, versículos 31 al 40 hallamos concretamente el valor divino que tienen estas buenas acciones y que agradan al Dios Todopoderoso: 31 Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; 32 y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: ``Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 ``Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: ``Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? 38 ``¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? 39 ``¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Respondiendo el Rey, les dirá: ``En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis”.
No pretendemos bajo ninguna circunstancia establecer al respecto que sólo con las buenas acciones se gana la salvación del Alma; Tampoco se podrá “enseñar a pescar a todo el mundo” en vez de darle los pescados, porque no todos lo harían, ni habría útiles de pesca en demasía, ni todo será pesca exclusivamente; pero sí reconocemos el Trabajo realizado por Emigdio Sosa en el Plan Social de la Presidencia como un gesto humanitario, porque sus acciones van encaminadas a quitarle un peso de encima al que está cansado, brindándole sus manos amigas y solidarias para que se apoyen en ellas.